por Holland House | Mayo 9, 2024 | Noticias

El sector del transporte enfrenta un gran desafío, representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero relacionadas con los combustibles. Entre los principales culpables se encuentran los vehículos privados, el transporte de carga y transporte urbano. Sin embargo, mientras muchas naciones luchan por reducir estas emisiones, Países Bajos se destaca como un  modelo a seguir.

Países Bajos es conocido mundialmente por el uso de las bicicletas como principal medio de transporte, lo cual es una solución inteligente y sostenible. Con una población de 17 millones de habitantes y un increíble número de 23 millones de bicicletas, este país ha transformado su diseño urbano y su cultura de movilidad. ¿Cómo lo lograron?

En 1970, el país se encontraba en el  dilema común de muchos otros países europeos, las calles se estaban llenando de carros, había 100 carros por cada 500 habitantes, además  la infraestructura medieval no estaban preparadas para esta cantidad de vehículos. Entonces,  el Gobierno holandés tomó decisiones oportunas que más adelante contribuirían con la situación media ambiental y convertirían a Países Bajos en un excelente referente para la movilidad sostenible.

La creación de  carriles para bicicletas se convirtió en una prioridad nacional. Hoy en día, de los 140.000 Km de carretera que hay en el país, más de 35.000 km están destinados exclusivamente al uso de bicicletas, además, las bicicletas tienen prioridad en la mayoría de las zonas urbanas, con cruces y carriles exclusivos para garantizar la seguridad de los ciclistas.

Así mismo, las campañas del gobierno jugaron un papel crucial en la consolidación de la bicicleta como el elemento cultural que es hoy. En un momento en el que los accidentes de carro se estaban convirtiendo en un problema creciente, la demanda de calles tranquilas y seguras era cada vez mayor. Entonces, el fomento del uso de bicicletas se intensificó, con campañas, eventos y festivales diseñados para promover este medio de transporte alternativo. Dentro de esta estrategia se creó la  Dutch Cycling Embassy, un organismo dedicado a promover la cultura ciclista tanto a nivel nacional como internacional.

El resultado actual es que, según una encuesta realizada por Statista, el 53% de los holandeses encuestados usa su bicicleta una o dos veces por semana como medio de transporte, este número destaca comparado con solo el 23% de los encuestados en España o el 17% en Estados Unidos.

Este enfoque sostenible no solo beneficia al medio ambiente, sino que también tiene un impacto económico significativo. Un estudio publicado en la revista Communications Earth & Environment (de Nature Research) estima que se podría conseguir una reducción de 686 millones de toneladas de emisiones de carbono cada año, si el patrón de uso de la bicicleta de los holandeses (en promedio 2.6 kilómetros diarios), se replicara a nivel mundial.

Sin embargo, en lugares como Colombia, el sector del transporte sigue siendo un gran contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Representando el 42% del consumo total de energía en 2019, el uso de combustibles fósiles sigue siendo dominante, generando una preocupante cantidad de emisiones y una urgente necesidad de cambio.

En cuanto a la capital colombiana, se han observado algunos avances, pues la ciudad cuenta con más de 600 kilómetros de vías para uso exclusivo de bicicletas y 5 kilómetros de ciclorrutas temporales, además se instauró un programa de bicicletas compartidas con más 3.000 bicicletas distribuidas por toda la ciudad.  Aunque hay progreso y oportunidades, aún falta camino por recorrer, puesto que mientras el número total de habitantes al año 2023 en Bogotá se estimaba en 7.9 millones, solo 1.2 millones de personas se movilizan a diario utilizando la bicicleta como su principal medio de transporte.

Los empresarios holandeses,  con su experiencia en movilidad sostenible, tienen mucho que ofrecer al mercado latinoamericano. Desde soluciones innovadoras en diseño de infraestructura para bicicletas, programas exitosos de bicicletas públicas compartidas, un enfoque analítico y la capacidad para trabajar en equipo, esto los convierte en un gran aliado para países como Colombia que tiene el potencial de cambio y una población en aumento que usa la bicicleta como su principal medio de transporte.